Me he sentido bastante identificado con este réquiem por RIM escrito por Fredric Paul en ReadWriteWeb, en el que comenta cómo fue su relación con los terminales de la marca que utilizó entre 2006 y 2010, y enumera las cosas buenas que echa de menos ahora en sus terminales.
Mi relación con los terminales de RIM fue significativamente más prolongada, entre abril de 2005 yoctubre de 2011, y con un nivel diferente, en el que a la relación de analista que evaluaba sus terminales se añadieron en ocasiones acciones de formación a su red, participación en eventos, o incluso una interesantísima entrevista a su fundador. Fueron años en los que continué evaluando terminales de otras marcas y utilizándolos en determinados períodos de tiempo, pero en los que la mayoría del tiempo mantuve una BlackBerry como mi terminal principal.
Pero, como en el caso del artículo que cito, esa relación terminó. Cuando abandoné BlackBerry a finales del año pasado, hacía ya bastante tiempo que llevaba habitualmente otros terminales en el bolsillo que le iban robando progresivamente cada vez más funcionalidad, veía con envidia otros terminales en manos de amigos míos, y llegaba incluso a sentir cierta sensación de obsolescencia tecnológica, algo que llevaba especialmente mal considerando a qué me dedico. Me faltaba únicamente el empujón que supuso la caída de los servicios durante varios días. Desde que tomé la decisión, he utilizado terminales Android de varias marcas con resultados, por lo general, razonablemente buenos.
Pero como ocurre en el caso del autor del artículo que me ha inspirado, hay todavía cosas para las que no he encontrado equivalente. La primera, por supuesto, el teclado. Se puede considerar que ya tengo una familiaridad muy buena con los teclados táctiles… y siguen sin ser en absoluto comparables a los físicos en general, y a los de RIM en particular. Ni en comodidad, ni en versatilidad, ni mucho menos en velocidad. Escribo mucho menos, más incómodo, y me da una notable pereza teclear. Que cuestiones relacionadas con el diseño de los terminales releguen el teclado a un uso casi residual me parece una mala idea, aunque pueda llegar a entenderlo: el teclado es difícil de integrar en un buen diseño de terminal. Pero la funcionalidad diferencial que aporta me sigue pareciendo muy interesante, y sigo lamentando prescindir de él. Y sí, como en el caso del autor del artículo, también sigo echando de menos la ruedita lateral de los primeros BlackBerries que se manejaba con el pulgar (y que llegaba en ocasiones a dejarlo dolorido).
La pantalla: en efecto, la pantalla de RIM era muy mala en cuanto a tamaño y resolución, pero reaccionaba fantásticamente bien a la luz ambiente, y se podía leer siempre. En otros terminales no suele ser así, a pesar de que esto parece, al menos a la luz de mis escasos conocimientos en el tema, un tipo de tecnología relativamente básica. Pero con mis terminales Android me he encontrado incómodo y frunciendo los ojos en bastantes ocasiones para conseguir ver la pantalla.
BlackBerry Messenger: como al autor del artículo, me parece infinitamente mejor que WhatsApp y que la mayoría de sus alternativas, sensación que he tenido hasta que me encontré con Spotbros. Que sí, quetengo relación con el equipo de emprendedores detrás de la iniciativa y no la oculto en absoluto, pero una de las cosas que más me animan de ella es que, habiendo tenido como tuve una buena experiencia con BBM, Spotbros me sigue pareciendo sensiblemente superior en funcionalidad y en planteamiento.
¿Batería? No noto en absoluto una diferencia tan abismal como la que comenta Fredric. En todos mis BlackBerries desde el Pearl tuve que resignarme a llevar una batería extra en el bolsillo, cosa que he tenido que seguir haciendo en mis terminales Android. Y que sigue siendo una de las razones por las que no me planteo iPhone.
¿Planteamiento "e-mail céntrico"? Pudo ser una buena razón en su momento, pero decididamente ya no lo es. Mi abandono progresivo del correo electrónico como alternativa de comunicación es ya tan fuerte, que la idea de usar un terminal fundamentalmente para su gestión ya no me resulta atractiva. Con la funcionalidad de gestión de Gmail que me da Android me resulta más que suficiente, porque el manejo del correo electrónico ya no supone para nada el grueso del tiempo de uso del dispositivo.
¿Aplicaciones? Para mí, al contrario que ocurre con el autor del artículo, resultan fundamentales, y un claro criterio de decisión. Lo fue a la hora de abandonar RIM, y me temo que los planteamientos adoptados por la marca desde entonces lo refuerzan. No veo que dar entrada a las aplicaciones desarrolladas para Android pueda resultar en una estrategia sostenible, y en cualquier caso, parece que ni siquiera eso va a salvar la cara de la compañía.
Y la parte final del artículo, mucho más importante de lo que parece: las prestaciones de administración corporativa. En mi caso no son diferenciales porque nunca las disfruté, pero para RIM, eran – y pretenden que sigan siendo – algo completamente estratégico. ¿Van a seguir siéndolo? Para mí, la respuesta es claramente no. Si una empresa pretende centrarse en el desarrollo de dichas funciones que se enfocan al administrador corporativo y al departamento de IT, me temo que va a encontrarse con que, cada día más, esos departamentos tienen una importancia menor. Cada vez mandan menos. La idea de un departamento de IT que condiciona la vida corporativa, las aplicaciones y terminales que pueden utilizarse, y las posibilidades de la innovación que viene de fuera es cada vez más propia de corporaciones del pasado, con un enfoque para mí incorrecto. De sitios en los que no me resultaría para nada atractivo trabajar. Cada vez más empresas optan por sacrificar determinados niveles de seguridad y estandarización por políticas mucho más centradas en la libertad y la flexibilidad del usuario, por políticas como BYOD (Bring Your Own Device) y similares, y por metodologías basadas en servicios externos y en la nube. Y a pesar de entender perfectamente todos los factores implicados y su peso, me parece un camino inexorable y, sobre todo, sin retorno. Si se pretende que sea la concentración en ese aspecto la que se convierta en la supuesta tabla de salvación de RIM… me temo que la cosa va a estar muy complicada.
Considero el balance de mis años usando dispositivos RIM sumamente positivo: fue mucho tiempo con un dispositivo fiable, sólido, y que se adaptaba de maravilla a mis necesidades, sobre todo en lo referente a los viajes (no he vuelto a encontrar tarifas de roaming como las de RIM, y desde que cambié, opto consistentemente por adquirir tarjetas SIM de compañías locales). Ahora, no volvería a RIM ni loco, y me cuesta muchísimo ver que tal eventualidad pueda llegar a producirse, independientemente de los movimientos y decisiones que emprenda la compañía. Mi impresión es, simplemente, que se quedó atrás. Lo cual, curiosamente, no quita que haya cuestiones que eche de menos, y experiencias de uso que aún no haya conseguido con otros dispositivos. En fin, seguiremos intentándolo…