El anunció esta semana de los primeros detalles de la Windows Store supone beneficios que ya conocemos de otras tiendas de aplicaciones para Microsoft, desarrolladores y usuarios. Sin embargo, esto acarrea nuevas problemáticas. Y es que según se lee en los términos de servicio, Microsoft tendrá la capacidad de eliminar remotamente y a discreción aplicaciones y datos de los usuarios. Y, ¿cómo justifica Microsoft esa libertad que se toma sobre un espacio que le pertenece al usuarios? Con argumentos de seguridad informática. Vamos a ver:

¿Microsoft puede eliminar aplicaciones o datos de mi dispositivo?

Podemos cambiar o descontinuar ciertas aplicaciones o contenido ofrecido en la Windows Store en cualquier momento, por cualquier razón…

En los casos en los que tu seguridad está en riesgo, o nos lo requieren por razones legales, no serás capaz de ejecutar aplicaciones o acceder a contenido que previamente adquiriste o comprado mediante una licencia.

Microsoft asegura en esos términos de servicio que los usuarios que compraron aplicaciones sujetas a una eliminación recibirán de vuelta su dinero.

La eliminación remota de aplicaciones o datos, práctica también conocida kill switch, no es nueva y ha estado presente en dispositivos móviles como iPhone y aquellos con sistema operativo Android. Apple y Google han ocupado el kill switch para eliminar aplicaciones que consideran maliciosas y/o que alteran el ecosistema de aplicaciones. No olvidemos el histórico y orwelliano fallo de Amazon cuando eliminó el libro 1984 de miles de Kindle de forma remota y sin consentimiento de los usuarios.

Por otro lado, se dice que Microsoft tendrá un estilo a medio camino entre el de Apple y el de Google para aprobar aplicaciones para la tienda. Es decir, será más abierto que el primero, y más riguroso que el segundo.

No cabe duda de que en muchos sentidos Windows 8 será un hito histórico para el sistema operativo de Microsoft, también de cómo el estado de las cosas (personales) se ha movido hacia la nube, y de lo mucho que debemos tomar conciencia en temas de seguridad informática, privacidad, anonimato y demás asociados a la tecnología. En un discurso de poder, ¿a quién le queremos dar el control?