La progresiva instrumentalización política del social media
Oficialmente, las redes sociales son espacios para que las personas compartan áreas de actividad, opiniones, fotografías, pensamientos… fueron creadas con esa idea en la cabeza: proporcionar herramientas para la expresión individual, para que podamos comentar una noticia, publicar una foto o escribir algo sin tener que pasar por las barreras de entrada que existían para una publicación en medios de comunicación que no estaba al alcance de todo el mundo. Ese planteamiento inclusivo, bajo el que, teóricamente, cualquiera con acceso a una conexión y cuatro nociones básicas de uso podía abrirse una cuenta y convertirse en su propio medio de comunicación, con tanta importancia como le otorgasen su volumen de seguidores, está sin duda en la base del éxito de las redes sociales, convertidas en un fenómeno de difusión tecnológica sin precedentes.
Sin embargo, tras la fase de crecimiento exponencial que conocimos y que convirtió a las redes en fenómenos cuyo número de usuarios se contaba por cientos o por miles de millones en todo el mundo, llega una segunda fase, caracterizada por el uso gubernamental y por el intento de poner esas mismas redes sociales bajo control. Sabemos ya, por las investigaciones del fiscal especial Robert Mueller, que el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no solo se ayudó de herramientas diseñadas en Rusia para alcanzar sus objetivos electorales, sino que además, enseñó a Facebook cómo llevar a cabo un uso político de su plataforma y se ha convertido en el su mayor anunciante.
En China, las redes sociales, en permanente vigilancia gubernamental, se han convertido en una herramienta de control social al servicio del estado: según lo que digas o cómo lo digas, puedes verte desde enmendado en público por los trolls gubernamentales, hasta borrado, pasando por problemas de todo tipo en tu relación con la sociedad. Gobiernos como el de Ecuador, Filipinas, India, Malta, México, Turquía, Venezuela o Vietnam, por citar tan solo algunos, han puesto en marcha ejércitos de trolls estatales instrumentalizados para defender determinadas posturas o combatir otras.
En Uganda, un impuesto decretado sobre el uso de redes sociales y de comunicación ha encendido los ánimos de toda la población: una cantidad que, aunque parece menor, cinco céntimos al día, para poder hacer uso de este tipo de herramientas, sí supone una barrera de entrada importante para el nivel de ingresos medio en el país, y sobre todo, que impone un nivel de control gubernamental importante a las acciones en las redes, del que los ciudadanos intentan escapar mediante el uso de unas VPNs ya puestas en la mira del gobierno para intentar prohibirlas. Las meta, claramente, no es únicamente recaudatoria, que también, sino poner las redes sociales bajo control gubernamental.
El mismo objetivo se persigue en Egipto, donde una nueva ley otorga al estado poderes para bloquear cuentas en redes sociales, blogs o páginas con más de cinco mil seguidores, pasando a considerarlas como medios de comunicación a todos los efectos y con la posibilidad, por tanto de sancionarlas si emiten algún tipo de noticia considerada falsa o si se estima que contribuyen de alguna manera a generar alarma social. Las herramientas que, en ese mismo escenario, jugaron un importante papel en la llamada primavera árabe, puestas bajo control para intentar evitar que algo así pueda volver a ocurrir.
Los gobiernos de todo el mundo han tenido ya oportunidad de darse cuenta del importante poder que pueden llegar a tener las redes sociales, y ahora, en esta fase, se afanan no solo por controlarlas, sino también por utilizarlas para sus fines políticos. Una nueva etapa que llevamos tiempo presenciando, pero que promete no solo generalizarse, sino también intensificarse, ante unas estructuras que eluden todo control y crean su propio entorno legal a medida de sus intereses. Un nuevo orden internacional, una nueva geopolítica con gobiernos dotados de poderes ilimitados, preparados para instrumentalizar las redes sociales, entre otras herramientas, para ponerlas a servicio de sus intereses. Las redes sociales, al servicio de la forma más populista de entender la política.
This post is also available in English in my Medium page, "How social media are increasingly coming under government control"
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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Santiago- Chile
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