Secretos de la innovación
(Observaciones de Scott Berkun, autor e innovador) Innovar no es difícil, dice el autor de Mitos de la innovación, Scott
Berkun. Uno no tiene que ser un genio, un adicto al trabajo o tener un
diploma en ingeniería avanzada. Uno solo debe ser capaz de crear algo nuevo
y útil.
La parte "nueva" intimida a muchos posibles inventores que piensan que para
innovar deben introducir algo que el mundo nunca haya visto antes. Berkun
dice que ese casi nunca es el caso. Prácticamente todos los grandes
innovadores han tomado prestadas ideas del pasado y las han reusado. Su
inspiración suele venir de observaciones cuidadosas del modo en que
funcionan las cosas; por ejemplo, como vuelan las aves, como veían el mundo
los artistas primitivos, como se queman los combustibles
Todas estas observaciones simples en apariencia han hecho aparecer potentes
nuevos inventos: máquinas que vuelan, nuevos estilos pictóricos, artefactos
que potencian e iluminan nuestro mundo. Según Berkun, el truco de la
innovación es ampliar la perspectiva de lo que significa algo nuevo. Una
idea innovadora debe cubrir necesidades que no estén cubiertas, abrir
nuevas aplicaciones, pero la idea es sólo el comienzo de la innovación. Un
proceso innovador con éxito dice Scott Berkun, debe contar con 3 elementos:
hacerse preguntas, experimentar, y confiar en uno mismo:
Scott Berkun es autor del superventas The Myths of Innovation (Mitos de la
innovación) (O'Reilly Media, Inc., 2007). Escribe acerca del pensamiento
creador y la innovación en
http://www.scottberkun.com.
A continuación se incluye un extracto del artículo publicado en el nuevo
periódico electrónico eJournal de enero de 2008, La innovación: Todos
podemos participar.
(comienza el texto)
Los secretos de la innovación
Por Scott Berkun
El mayor secreto de la innovación es que cualquiera puede hacerla. La razón
es simple. No es tan difícil como parece. Busque la palabra "innovar" en
cualquier diccionario, y verá lo que realmente significa. En lugar de lo
que usted cree que significa, encontrará algo similar a esto: innovar es
"introducir novedades". Eso es todo. No dice que usted tiene que ser un
genio creador, un adicto al trabajo, ni siquiera que use ropa interior
limpia. Son apenas dos palabritas: introducir novedades. Y le prometo que,
para cuando termine de leer este ensayo, usted será dueño de todos los
secretos que necesita para innovar por sí mismo.
En la definición, la palabra clave es "novedad". La trampa común que tiende
la novedad es que asumimos que "nuevo" significa algo que nunca se ha visto
antes en todo el universo. Esto resulta ser la tercera presunción más
ridícula en la historia de la humanidad (las otras dos presunciones
ridículas las dejo para que las descubra usted mismo). Aquí está la prueba:
diga el nombre de cualquier gran innovador, y le garantizo que tomó ideas
prestadas del pasado y las volvió a usar para hacer cualquier cosa que
fuera que le dio fama.
Los hermanos Wright, inventores del vuelo propulsado en Estados Unidos,
pasaban horas observando los pájaros. Con todo lo aburrido que parezca,
tenemos que agradecerles a los aficionados a observar los pájaros los
aviones supersónicos que tenemos hoy. El desarrollo que hizo Picasso del
cubismo, uno de los grandes movimientos artísticos de los últimos dos
siglos, fue fuertemente influido por su exposición a los estilos pictóricos
africanos, al igual que la labor de un pintor francés algo más viejo,
Cézanne. Thomas Edison no creó el concepto del alumbrado artificial:
tendría usted que mencionar a las miles de personas que murieron antes de
que Edison naciera, las cuales convirtieron la madera, la cera, el aceite y
otros combustibles en fuentes de luz controlables y transportables, (por no
hablar de Joseph Swan, que patentó la luz eléctrica antes que Edison).
Incluso en el mundo de hoy, de avanzada tecnología, es fácil encontrar
conexiones entre lo que llamamos "nuevo" y las ideas del pasado. La Web y
la Internet derivan sus nombres de cosas de hace miles de años. Los
primeros tejidos los hicieron las arañas, y pueblos indígenas de todo el
mundo utilizaron las primeras redes para atrapar peces miles de años antes
de que apareciera la primera computadora. Google, la maravillosa
herramienta de búsqueda, a menudo se denomina motor de búsqueda, en
referencia a un concepto de la mecánica física, no a los dígitos binarios.
Todos estos ejemplos demuestran que la clave de la innovación consiste en
ampliar la perspectiva de lo que se califica como nuevo. Mientras que su
idea, o el uso que usted haga de una idea existente, sean nuevos para la
persona para la cual usted la crea, o si se aplica de una manera novedosa
un concepto existente, usted se convierte en un innovador desde el punto de
vista de esas personas, y eso es todo lo que cuenta.
Sin embargo, incluso con estas definiciones mejoradas, se necesita algo más
para que ocurra la innovación. La caja de herramientas de todo innovador
típico incluye tres cosas: preguntas, experimentos y confianza en sí mismo.
Primer paso: Haga preguntas
Haga preguntas
El primer paso en la innovación según Scott Berkun
Preguntas: Lo mejor es comenzar con las cosas que uno hace a diario.
Simplemente pregúntese: ¿qué otra persona hace esto, y de qué modo
diferente lo hace? Si usted sólo conoce una manera de hacer algo, está
incurriendo en una presunción de tamaño mayor. Supone que de las infinitas
maneras de hacer algo, la que usted conoce es la mejor. Por ejemplo, yo soy
aficionado al juego, pero no haría esa apuesta, ya que esa desventaja, del
infinito contra uno, es excesivamente mala. Incluso las cosas simples, como
lavar platos o anudarse los zapatos tienen docenas o centenares de enfoques
alternativos para diferentes personas en todo el mundo. Todos esos métodos
son posibles innovaciones para usted y para cualquiera que usted conozca.
El problema es que la gente tiene que salirse de su rutina para encontrar
esas alternativas y hacerlas funcionar.
¿No está seguro de cómo empezar? Es cuestión de hacer más preguntas. He
aquí algunas preguntas útiles para innovadores:
· ¿Por qué se hace así?
· ¿Quién lo empezó, y por qué?
· ¿Qué alternativas consideraron, y qué idea reemplazó su nueva
idea?
· ¿Cuáles son las principales quejas, mías o de mis amigos, sobre
cómo hacer esto, y qué cambios lo mejorarían?
· ¿Cómo se hace o se ha hecho esto en otras ciudades, países,
culturas o épocas?
· ¿Qué diferentes presunciones tenían o qué restricciones encaraban?
· ¿Cómo puedo aplicar algunas de estas preguntas a lo que yo hago?
Muchos grandes innovadores se plantearon mejores preguntas que cualquier
otro, y esa es parte de la razón por que la tuvieron éxito. No se trataba
del genio, lo que sea que eso signifique, o de ejercicios mentales
supersecretos que hacían cada mañana, e incluso de cuánto dinero tenían.
Fue por medio de una dedicada búsqueda de respuestas a preguntas simples
que encontraron ideas que ya existían y que podrían usarse.
Isaac Newton se preguntó cómo podía la fuerza de gravedad afectar a las
manzanas al igual que a la luna, y al plantearse la pregunta de ese modo,
hizo observaciones y desarrolló matemáticas relacionadas con la gravedad,
algo que nadie había hecho hasta entonces. Muchos de los inventos de
Leonardo da Vinci comenzaron cuando se preguntó cómo fluye el agua. Fueron
sus muchos estudios de ríos, corrientes y del modo en que se mueve el agua
lo que condujo a sus invenciones de ruedas movidas por el agua, de maneras
de mover el agua en acueductos y canales y de bombas para pozos. Si no se
hubieran planteado preguntas ni hubieran mirado en torno, incluso a cosas
obvias y cotidianas como el agua y la gravedad, los talentos creadores de
Newton y da Vinci nunca habrían tenido una oportunidad de salir a la luz.
Segundo paso: Ensaye usted mismo
Segundo paso en la innovación según Scott Berkun
Hacerse preguntas es una cosa, pero tratar de responder a ellas es otra. No
hay nada que sustituya a la experiencia directa cuando se crean cosas. Los
aspectos exclusivos de lo que uno es, incluso las cualidades propias que a
usted pueden no agradarle, son un activo cuando se trata del pensamiento
creador. Nadie puede ver el mundo exactamente como usted lo ve.
Esto significa que si usted puede experimentar, observar o hacer algo por
sí mismo, podría descubrir lecciones y hacer observaciones que otras
personas no notarán. Estas observaciones son la semilla de la innovación:
Uno puede ver una idea o herramienta viejas con un punto de vista diferente
al de cualquier otro en su familia, negocio o ciudad, y si usted sigue ese
punto de vista, podría lograr una innovación.
Recuerde que el conocimiento que tenemos hoy del universo no surgió de
libros mágicos que han estado ahí esperando por nosotros desde el origen de
los tiempos. Surgió de personas curiosas que no sólo se plantearon
preguntas, sino que siguieron averiguando hasta llegar donde otros no
querían.
Francis Crick y James Watson, los descubridores del ADN, siguieron
corazonadas e hicieron conjeturas en respuesta a sus preguntas, pasando
horas en los laboratorios haciendo cosas que sus profesores creían no sólo
que no eran científicas, sino también una gran pérdida de tiempo. Incluso
Sócrates, el filósofo más grande del mundo occidental, era contrario a la
idea de escribir ideas en libros. Si su discípulo Platón no hubiera
adoptado la innovación que se conoció como la escritura y no hubiera
escrito él mismo los relatos de Sócrates, no conoceríamos ninguno de sus
nombres, y mucho menos el método socrático de enseñanza en el que muchas
lecciones universitarias se basan hoy día.
El progreso depende de personas que piensan independientemente y siguen a
su curiosidad tanto como pueden, incluso haciendo cosas que otros a su
alrededor se niegan a intentar.
Intente, aprenda e inténtelo otra vez.
Tercer paso en la innovación según Scott Berkun
El paso final consiste en no esperar el éxito la primera vez. Si usted hace
algo nuevo para sí mismo o para sus amigos, es difícil predecir cuál será
el resultado. Cuanto mayor sea la innovación, mayor serán el riesgo y el
trabajo. Preparar galletas innovadoras es una cosa, pero cambiar la manera
en que la gente piensa o trabaja, es otra.
Dado que satisfacer su curiosidad podría requerir largas horas de trabajo,
lo que importa es el modo en que usted responde al fracaso. Por ejemplo,
¿puede encontrar el valor de responder, no con vergüenza o pesar, sino con
más preguntas:
¿por qué falló esto? ¿qué puedo aprender ahora? ¿qué haré de un modo
diferente la próxima vez? Si usted puede responder así, como lo hicieron a
lo largo de la historia la mayoría de los grandes inventores y creadores,
va bien encaminado.
(termina el texto)
(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional del
Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web:
http://usinfo.state.gov/esp)
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