Posted: 18 Sep 2007 01:52 AM CDT
El movimiento y las cifras en torno a Facebook, la aplicación creada por Mark Zuckerberg, resulta completamente mareante. En la entrevista de ayer de Mark en el TC40 podemos ver algunos indicadores recientes: cuarenta y un millones de usuarios activos (que han pasado por el sitio en los últimos treinta días), un tamaño que se ha cuadruplicado en los últimos doce meses, y un crecimiento de un 3% semanal. Para una aplicación que data ya de Febrero de 2004, el dinamismo resulta verdaderamente impresionante.
Pero aparte de las dimensiones y el crecimiento, lo que realmente me llama la atención en Facebook es su valor como ecosistema, y la claridad estratégica con la que se está desarrollando en este sentido hasta conformar una auténtica "economía Facebook": el movimiento empezó con la decisión del pasado 24 de Mayo de abrir la API de Facebook para los desarrolladores, y es un ejemplo genial de ciclo de realimentación positivo: interesados en acceder al volumen de usuarios de Facebook, muchos desarrolladores empezaron a crear servicios de todo tipo, lo que hizo que muchos más usuarios interesados el dinamismo en torno a esos servicios se diesen de alta en la aplicación. Los resultados son claros y contundentes: Facebook ofrece a cualquier desarrollador un laboratorio de pruebas con acceso a más de cuarenta millones de usuarios de una manera inmediata, con costes de marketing prácticamente nulos (basta subir la aplicación, moverla un poco, y esperar a que la magia viral de la plataforma surta su efecto) y posibilidades de feedback y aprendizaje inmediatas. El proceso lo describió de manera genial Stu Phillips en su entrada "Facebook: fruit flies for applications", en el que comparaba a Facebook con un laboratorio en el que trabajar con Drosophilas (mosca del vinagre o de la fruta): un animal muy barato de mantener y con ciclo reproductivo muy rápido, el ideal para la investigación. La idea era fácil de entender, y suponía una fortísima diferenciación con respecto al resto de las redes sociales: apertura, a un nivel tal que podría llevarla incluso a ser la próxima guía telefónica de la web al haber planteado, el pasado 5 de Septiembre, la disponibilidad de las fichas de los miembros que así lo deseen a usuarios de fuera de la red. La estrategia es enormemente coherente, y funciona: de la noche a la mañana, todo el mundo quería crear aplicaciones para Facebook.
Ahora, otro movimiento adicional viene a reforzar el papel de Facebook como plataforma: Mark Zuckerberg anuncia la creación de un fondo de diez millones de dólares, el FBFund, para el desarrollo de aplicaciones. Administrado en porciones de entre $25.000 y $250.000, el fondo servirá como financiación para ideas que quieran ponerse a prueba en el enorme laboratorio que supone Facebook. El aporte económico no conlleva participación en capital, sino únicamente un derecho de primera inversión en las aplicaciones resultantes si llegan al estadio de búsqueda de financiación. Una idea que competirá con otros fondos interesados en lo mismo, como Bay Partners, pero que cuenta con el atractivo de que son los propios directivos de Facebook, incluyendo a Zuckerberg, quienes revisan las aplicaciones. La idea suena bien: añadir al "laboratorio de desarrollo" un "laboratorio de financiación", una Sand Hill Road interna que permita dotar de todavía más dinamismo a la red. Como movimiento estratégico, me parece realmente brillante: la importancia de la apertura y el valor del efecto red resumido en un solo ejemplo. Creo que tendré que prepararlo como caso de clase
API, applications, Facebook, FBFund, Mark Zuckerberg, openness, platformRodrigo González Fernández
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