Amazon, BookSurge y la tentación del monopolio
Posted: 30 Mar 2008 10:22 AM CDT
Hace ya tres años, en Abril de 2005, Amazon compró una interesante empresa dedicada al llamado Print-On-Demand (POD), BookSurge. Unido a otras operaciones, como el fuerte desarrollo de Lightning Source o la aparición de Lulu.com, la adquisicion parecía definir un futuro para la industria editorial cada vez más orientado hacia este tipo de procesos para el libro físico, y hacia opciones como el eBook o el audiobook para ediciones puramente digitales. Obviamente, se trata de un paso fundamental para el sector, que cambia en gran medida las ecuaciones de poder en la cadena de valor: el Print-On-Demand o POD permite a otros actores absorber gran parte del valor que tenían los publishers (el líder, Lightning Source, es la rama POD de Ingram, uno de los líderes tradicionales del sector, y se apalanca en su fuerza en la distribución), mientras que el movimiento hacia el libro electrónico otorga ventajas a quien es capaz de asegurar una mayor cantidad de contenido o incluso de convertirlo en un servicio, como es el caso del Kindle de Amazon.
Ante la importancia de los movimientos en el sector, Amazon parece haber sentido la necesidad de utilizar su posición liderazgo online para apalancar su negocio de POD, basado en su adquisición de BookSurge, y ha decidido, según informan algunos escritores, amenazar a quienes utilizaban otros servicios de POD con la eliminación del botón "Buy" de sus libros en Amazon si no aceptan utilizar los servicios de BookSurge (Slashdot, VBW Publishing, WritersWeekly). Esto significaría un grave perjuicio para la distribución de sus libros, dado que únicamente podrían estar disponibles para su venta en Amazon a través de canales indirectos (resellers), y les haría no cualificar, en la mayor parte de los casos, para ofertas de gran éxito de Amazon como el envío gratuito. El movimiento, obviamente, no está exento de polémica: no sólo exige a las editoriales trabajar con varios formatos diferentes y reemplazar los ficheros de los libros que están ya a la venta en Amazon, sino que choca además con la polémica sobre la inferior calidad de las ediciones producidas por BookSurge. Para las editoriales, aceptar la presión de Amazon supone ver como un tercero determina quién y como imprime sus libros, mientras que decir que no significa quedar parcialmente fuera de uno de los más importantes canales de distribución actualmente mientras, en muchos casos, tienen que mantener sus contratos con Ingram para no quedarse fuera de su importante catálogo y no perder la llegada a las cadenas de distribución físicas, que aún suponen una parte importante de las ventas de libros. Para Amazon, hacerse cargo de la impresión de esos libros es, sin duda, un negocio jugoso: automáticamente pasa a ganar $50 por la adición de cada libro nuevo al catálogo (los que ya estaban a la venta en Amazon están exentos) y se lleva un 48% del precio de lista de cada venta.
El debate no ha tardado en surgir incluso dentro de los propios foros de Amazon, veremos cuál es la respuesta de la compañía ante las quejas.
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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